viernes, 2 de diciembre de 2016

Próxima reunión: Trastornos del sueño


Ilustr. Peanuts, by Charles Schultz.
En nuestra próxima reunión el Neurólogo Francisco Valenzuela Rojas, clínico e investigador en los trastornos del sueño del Hospital Gómez Ulla de Madrid, nos introducirá en un apasionante mundo de “lenguaje de símbolos”, los sueños. En su presentación nos actualizará sobre los trastornos del sueño en patologías neurodegenerativas como el parkinson y otros trastornos neuropsiquiátricos. Sin duda, el conocimiento a través del cerebro patológico abrirá nuevas vías para el avance en el problema mente-cerebro. Os esperamos para reflexionar en grupo de una manera sintética e integradora.

¿Dónde? --- Sede de la AEN: Calle Magallanes Nº1, Sótano 2, local 4.
¿Cuándo? --- jueves 22 de Diciembre, a las 16h.

lunes, 14 de noviembre de 2016

Sobre la sinestesia

Si la creatividad tenía que ver en parte con la capacidad para producir soluciones novedosas o puntos de vista alternativos frente a los desafíos del entorno, este mes de noviembre la investigadora Helena Melero nos invitó a conocer una de las formas más inesperadas y estimulantes de creatividad: la sinestesia.

Helena Melero Carrasco
synlabmadrid[at]gmail.com
La sinestesia sería aquella variante no patológica de la percepción humana por la cual un estímulo sensorial o cognitivo (inductor) da pie a la aparición de un percepto sensorial o cognitivo adicional (concurrente)”.

Un ejemplo basado en la propia experiencia de Helena (quien hace años descubrió que era sinestésica) sería que, al leer la letra A, automáticamente la visualiza de color rojo.
No se trata de que “se entremezclen” los sentidos, sino que una cualidad se añade a la que esperaría recibir la mayor parte de las personas.

Este fenómeno no sería algo completamente ajeno a la experiencia de cualquiera. De hecho, existen para todos nosotros lo que se denominan relaciones intermodales universales, sutiles correspondencias entre modalidades sensoriales que revelan un “cableado” cerebral común. Estas relaciones intermodales se manifestarían, por ejemplo, a través de correspondencias lingüísticas (un color chillón) o en fenómenos como el conocido como efecto Bouba y Kiki (Nielsen & Rendall, 2013).

Al hablar de sinestesias congénitas nos estaríamos refiriendo a asociaciones que comparten las siguientes características (Cytownic & Eagleman, 2009):

· El inductor es un percepto simple
· El concurrente se percibe de forma automática e involuntaria
· La experencia tiene un componente emocional intrínseco
· La asociación sinestésica es estable e idiosincrásica

Esto nos permitiría diferenciar la sinestesia congénita de fenómenos de aprendizaje asociativo o de sinestesias adquiridas por medio de lesiones neurológicas (talámicas) o estados alterados de conciencia (intoxicaciones con LSD, entre otras).

Con todo y con esto, cada día se va sabiendo más acerca de la sinestesia, hasta el punto de que hoy se conocen más de 80 variedades, un número que no para de crecer.

Obra de la artista Melissa S. McCracken,
artista sinestésica quien en su web personal afirma: "I paint music".
En cuanto a la prevalencia, como suele ocurrir, al disponer de una definición operativa y pasar a convertirse en foco de interés, progresivamente va aumentando la cantidad de personas que afirman poseer algún grado de sinestesia. En el momento actual se estima que la frecuencia podría oscilar dentro de una horquilla de entre el 1-4% al 23% de la población general, presentándose en proporción similar entre hombres y mujeres.

De entre los sinestésicos, el 90 % serían del tipo asociador, percibiendo las sinestesias como representación interna, pero un 10% (los denominados proyectores) experimentarían la percepción sinestésica fuera del campo mental, es decir, percibirían el estímulo “como si” tuviera presencia en el mundo externo, lo cual arroja interesantes vínculos hacia la fenomenología alucinatoria.

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Tras la introducción fenomenológica Helena pasó a abundar en la evidencia empírica acumulada en torno al fenómeno sinestésico. Nos habló de las diferentes baterías de pruebas diseñadas para medir el fenómeno (Eagleman et al, 2007), o las ingeniosas variantes de la prueba de Stroop aplicadas a su estudio.

Un recorrido por los diferentes modelos explicativos nos brindó algunas certezas en torno a la sinestesia, pero también nos enfrentó a uno de los puntos principales de controversia: parece que hay agregación familiar, y por tanto un componente genético, pero ¿se manifiesta éste en una cuestión estructural o más bien funcional?

Ramachandran y su equipo propusieron que existía una activación cruzada por proximidad de las áreas cerebrales encargadas de procesar los grafemas, por un lado, y la categorización del color por otro. El modelo de retroalimentación desinhibida propondría la intervención de una tercera área funcional que mediaría en la aparición de dicha asociación. El modelo de hyperbinding señalaría a la región del surco intraparietal como clave en la asociación entre perceptos.

A medida que se han ido obteniendo resultados en estudios de neuroimagen estructural y funcional dichos modelos se han podido ir contrastando y refinando. Eso ha llevado a que, a día de hoy, se reconozca que existen diferencias significativas en ambos sentidos (morfológico y funcional) entre individuos neurotípicos y personas sinestésicas.

Además, los esfuerzos investigadores dirigidos a buscar una base neurobiológica común a las sinestesias de diferentes modalidades sensoriales, poco a poco van desvelando los vínculos con la función atencional, la integración multimodal y los componentes emocionales de la percepción (Emotional Binding Theory, Melero et Al, 2013 y Melero et Al, 2014)

Antes de dar paso al debate Helena nos ha avanzado algunas de las preguntas que actualmente dirigen los esfuerzos investigadores en este campo: ¿cuál es el papel del ambiente en el desarrollo de asociaciones específicas?, ¿somos todos sinestésicos al nacer?, ¿puede entrenarse la sinestesia?

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Otras cuestiones de interés que hemos abordado han querido desafiar la definición de sinestesia. Si entendemos la sinestesia como la expresión más acentuada de un fenómeno universal y continuo (una dimensión) como serían las relaciones intermodales, ¿no podrían existir casos de intensidad tal que supusieran una distorsión de la capacidad atencional o se vivieran como una patología bien desde el punto de vista del individuo, bien desde el entorno?

La cuestión del etiquetado social se ha desvelado, de nuevo, la piedra de toque a la hora de definir patológico o normal. Muchas veces el énfasis en la no patología tiene que ver con la necesidad de realizar pedagogía compensatoria ante la tendencia a la simplificación en los medios o en la cultura popular, que tiende a asociar infrecuente con patológico y común con sano. Esto nos mete de lleno en el creciente debate sobre la neurodiversidad y la necesidad de no estigmatizar lo infrecuente.

A medida que el fenómenos de la sinestesia se va conociendo y
divulgando en diferentes medios, se retroalimentan las
representaciones de algo difícilmente comprensible desde la empatía.
Por ejemplo, esta ilustración, con todo y siendo enormemente sugerente,
¿inquieta o aproxima?. ¿estigmatiza o normaliza?
Por otro lado nos hemos preguntado acerca de la presencia, en los estudios mencionados, de posibles variables psicológicas individuales que pudieran estar introduciendo sesgos o actuando a modo de factores de de confusión.

Hemos reflexionado también acerca de los sorprendentes paralelismos entre algunas de las experiencias descritas por los sinestésicos y el mundo de la fenomenología psicótica, especialmente en cuanto a las clásicas percepciones sin objeto o alucinaciones.

Y desde un punto de vista evolucionista nos hemos preguntado si la frecuencia de las asociaciones sinestésicas en determinadas modalidades sensoriales tendrá que ver con el peso relativo que dichas modalidades han tenido en la historia evolutiva de nuestra especie, teniendo en cuenta que la aparición del lenguaje verbal y musical se trata de un fenómeno reciente.

Enormemente estimulados por la reunión hemos sido invitados, al igual que nuestros lectores, a comprobar si somos o no sinestésicos, así como a hacer una inmersión en los diferentes foros y asociaciones de personas sinestésicas, por lo enriquecedor de muchas de sus descripciones en primera persona.



Si crees que puedes ser sinestéstic@, no dudes en contactar con synlabmadrid [at] gmail.com



viernes, 11 de noviembre de 2016

Próxima reunión: SINESTESIA


Ilustr. vía http://mentalfloss.com/
¿Qué es la sinestesia?
¿Cómo podemos estudiarla desde una perspectiva neurocientífica? ¿Eres sinestésico? 

En esta charla Helena Melero (Psicóloga, investigadora de la Universidad Rey Juan Carlos) nos invita a reflexionar sobre nuestra forma de percibir los objetos, la música, los olores o las palabras y nos contará cómo las modernas técnicas de neuroimagen nos han ayudado a descubrir los secretos del cerebro sinestésico.


¿Dónde? --- Sede de la AEN: Calle Magallanes Nº1, Sótano 2, local 4.
¿Cuándo? --- jueves 24 de noviembre, a las 16h.

martes, 25 de octubre de 2016

Sobre la creatividad (II)

El mes de octubre lo dedicamos a profundizar en lo que pueden aportar las neurociencias al estudio de la creatividad.


Guiaron la discusión los psiquiatras y psicoterapeutas J. Camilo Vázquez y Olga Bautista, planteando en primer lugar el análisis de una de las definiciones operativas de creatividad (De Souza et al, 2014): la capacidad de generar productos mentales novedosos y útiles.


Esta capacidad sería congruente con el alto índice de encefalización que caracteriza a la especie humana, el cual se ha relacionado con la capacidad para adaptarse de forma versátil a condiciones ambientales múltiples y cambiantes.


El ambiente en el que aplicar dichos productos mentales sería de especial importancia para la definición pues, como veremos, la novedad aludiría a la frecuencia con la que dicho producto ha aparecido, pero la utilidad es altamente dependiente del contexto. En el caso humano dicho contexto se encuentra altamente mediatizado por la cultura, introduciendo nuevas interpretaciones de la creatividad y condicionándola como un valor en sí mismo.


Hemos discutido de nuevo qué es la creatividad, reinventando la idea que teníamos de la misma, a la vez que nos enriquecíamos de las ideas de los demás, ¿cómo llegar a ella? ¿se trata de un producto mental? ¿qué la favorece? ¿qué la define? ¿qué no es creatividad? ¿es la utilidad de la idea creativa una condición sine qua non? ¿es siempre positiva, adaptativa? En este debate se planteaba si una persona con psicopatología puede ser creativa en la manera de activar una respuesta de su entorno con el objetivo (inconsciente) de ser ayudada, sin embargo ¿es eso creativo? ¿debe ser consciente e intencionada la creatividad? ¿que sustento biológico tiene?

Helicóptero- tornillo aéreo- diseñado por Leonardo da Vinci

A lo largo de la historia siempre se ha indagado acerca del misterioso origen de las ideas, especialmente las consideradas más valiosas o novedosas (hoy diríamos disruptivas). Para buscar más información acerca de este origen, se han seguido diferentes caminos:
  • La investigación intuitiva tendría que ver con la investigación generada por artistas, escritores, filósofos... que podían atribuir su inspiración a su musa o cualquier elemento externo que favoreciera esos momentos que hemos dado en llamar "momentos Eureka". Son las ideas surgidas de la mente de un genio en el Romanticismo.
  • La investigación científica pretende demostrar la secuencia de hechos que nos lleva a generar ideas genuinas. En el campo de la Psicología se han estudiado los rasgos de la personalidad o las series de casos, en el campo de la neuroimagen funcional se pretenden relacionar funcionamientos de circuitos neurales con la generación de diferentes soluciones a un problema.

Se han utilizado diferentes modelos de estudio tanto en personas a priori sanas como en procesos patológicos:
  • Lesiones neurológicas: el caso de Phineas Gage nos ilustra de como una lesión concreta de una región cerebral puede darnos mayor conocimiento acerca de la función de este área.
  • Las alteraciones mentales de tipo psicótico (de las que Joyce podría ser un ejemplo) o de tipo neurótico (de las que Kafka hace gala en algunas de sus novelas). 
  • Los estados alterados de conciencia generados por sustancias psicodélicas (THC, OH, LSD...) o fármacos- los más conocidos son los prodopaminérgicos (bupropion, selegilina, bromocriptina, metilfenidato...)- han generado nueva información que permite entender mejor este proceso mental que hemos dado en llamar la creatividad.
  • Nos hemos preguntado por las pruebas psicométricas que miden la creatividad, ¿que valoran estas pruebas?

Camilo y Olga nos ha ido guiando por diferentes áreas cerebrales, circuitos neurales y redes que se activan o inhiben para generar hipótesis de qué puede ocurrir en nuestro cráneo a la hora de tener una idea que podríamos clasificar como creativa. Tornando la discusión hacia una base más neurolobiológica hemos tratado de entender que papel tiene la lateralización hemisférica, hemos hablado del cerebro escindido y de la integración interhemisférica. En todo este maremagnum de células, de potenciales de acción, de consumo de glucosa diferencial en un determinado área cerebral o de datos recogidos en la magnetoencefalografía; hemos acabado convergiendo en el papel central de la corteza cerebral prefrontal. A este nivel parece claro que se condensan las elaboraciones previas de las estaciones de integración multimodal para concretarse en nuestras funciones ejecutivas o en una desinhibición, dando como resultado la acción/ inhibición de una acción (medida efectiva).

Craneo de Phineas Gage al morir





corteza cerebral frontal










Hemos recordado conceptos útiles para entender como la alternancia entre la red neural por defecto y la red de control ejecutivo permiten llegar a soluciones creativas, siendo lo fundamental esta alternancia, no tanto la predominancia de una red sobre la otra. Olga y Camilo no han querido dejar en el olvido la parte crítica del concepto creatividad y las consecuencias que puede acarrear, así hemos intentado realizar un análisis del concepto inserto en su contexto. En una cultura con discursos en conflicto constante, donde la creatividad se valora como positiva en el discurso dominante, sin embargo ¿y si la idea creativa no me sirve, me hace perder tiempo o una oportunidad? ¿No será esto que llamamos creatividad la parte de acierto de un proceso de ensayo/error? Tendemos a asociar la creatividad a progreso, tecnología, riqueza...pero, ¿no es igualmente sinónimo de inestabilidad, inadaptación, estigma...? Vivimos en un capitalismo de ficción en el que solo se valora el producir ideas creativas sin importar para qué, a veces podemos caer en un crear por crear, creyendo que creamos cuando lo que hacemos es generar contenidos vacios, insignificantes, erróneos o problemáticos. Nos hubiera gustado ahondar más en la creatividad del individuo frente a la homogenicidad del grupo y en cómo, de manera aparentemente contradictoria, los grupos pueden llegar a soluciones creativas que el individuo no alcanza a representarse mentalmente. Y hemos acabado encantados, no sin cierta zozobra por la complejidad de la tarea, de poder mantener, cuidar y re-crear contextos creativos como el que consideramos que hemos tenido esta tarde de octubre y con el que esperamos estimular el crecimiento del grupo para generar mayor conocimiento.

Os dejamos algunos apuntes bibliográficos y un vídeo sobre lo aquí hablado, esperamos que os puedan servir de inspiración:
    - En este vídeo Vincent Walsh explica los beneficios de la creatividad y su efecto sobre el cerebro en desarrollo (se puede subtitular en castellano).

    - En este artículo se disecciona el papel del lóbulo frontal en la mente creativa.

    - En este otro artículo se pone el foco en las bases biológicas y neurológicas de la creatividad y el arte. 

    - En esta aportación se analiza la relación entre trastorno bipolar y creatividad.

    domingo, 16 de octubre de 2016

    Sobre la creatividad (I)

    Dedicamos el mes de septiembre a la creatividad.

    Dra. Helena Trebbau
        Helena Trebbau, psiquiatra y psicoterapeuta, nos hizo llegar un texto del psicoanalista Donald Winnicott a propósito de su concepto de creatividad y su papel en la vida de las personas. Este texto ha servido como punto de inicio para preguntarnos ¿cómo casan el psicoanálisis relacional y las neurociencias? Un breve pero interesantísimo repaso histórico y biográfico nos ha llevado, desde la individualidad del modelo intrapsíquico freudiano hasta la eclosión de la vertiente más abierta al papel de los otros.

         Para Winnicott no hay desarrollo mental sin la presencia del otro, y en ese sentido la díada materno-filial va a ser de especial importancia. Es a través de las experiencias relacionales tempranas con esta figura materna que se creará el vínculo, así como los modelos de conductas de apego que seguirán resonando a lo largo del resto de la vida. Si la calidad de las relaciones tempranas es lo suficientemente buena, el individuo podrá adquirir una seguridad basal que le permitirá acceder al mundo de la fantasía, la imaginación y los juegos, pero con la capacidad de retornar cuando sea necesario, amoldándose al principio de realidad.

        La creatividad, según Winnicott, sería "el hacer que surge del ser". Es decir, una forma de actuar que permite desarrollar la potencialidad del individuo, dotándole de una cierta libertad y confiriéndole la particular sensación de "estar verdaderamente vivo". No hacerlo también nos permite vivir, pero de una manera más refleja, zarandeados por las circunstancias o los obstáculos.

    Fuente: http://www.azquotes.com/
        Han ido surgiendo diferentes conceptos a medida que profundizábamos en el texto: el apego, la teoría de la mente y, cómo no, ¡nuestras queridas neuronas espejo!... De alguna manera, las intuiciones y desarrollos teóricos del psicoanálisis relacional habrían encontrado un importante asidero en el descubrimiento de Rizolatti. Por primera vez había una demostración fehaciente de que existen mecanismos destinados a la sincronización entre individuos. Si esta sincronización podía darse a nivel motor, parecería lógico pensar que algo similar ocurriría a nivel emocional, dando pie a nuestra capacidad de sentir con los demás (simpatía), comprender sus emociones (empatía) o teorizar acerca de lo que tienen en mente (teoría de la mente).


        Hemos concluido que la definición de Winnicott de la creatividad tiende un puente capital hacia las neurociencias: es la base segura construida a través de un "vínculo suficientemente bueno" lo que permite desarrollar esta potencialidad "que hace que valga la pena que la vida sea vivida". Ahora bien, su concepción puede pecar de difusa, y es hija sin duda de las teorizaciones en torno al eros/thanatos o pulsiones de vida y muerte, una de las cuales Winnicott rechazaba. No es un dato menor el que la madre del propio Winnicott hubiera padecido frecuentes episodios depresivos, de los que su hijo trató de rescartarla sin éxito siendo niño. Ser testigo de esa "muerte en vida" sin duda influiría en la fuerza con la que 2 años antes de fallecer él, Winnicott sentenciara que la creatividad era la respuesta, lo opuesto, o lo que podía echarse en falta más que cualquier pulsión de muerte.


        Hemos planteado que el concepto de creatividad actual está generalmente relacionado con mecanismos cognitivos, bien orientados a la resolución de problemas (pensamiento lateral o divergente), bien con el desempeño artístico (la búsqueda de la inspiración, de la creación original).

      Los buscadores tradicionales de la creatividad habrían sido, desde siempre, los artistas. En sus pesquisas nos habrían dejado un gran reguero de anécdotas personales, manías incorregibles, lemas y supersticiones. Posteriormente la psicología ha querido encontrar las fuentes de la creatividad diferenciando cómo piensan los niños y cómo lo hacen los adultos. Qué papel tiene la enfermedad mental. La eterna pregunta de si hay relación positiva entre genio y locura. La neurociencia hoy nos brinda modelos que tratan de desentrañar el papel de la red neural por defecto, por qué determinados elementos de "ruido mental" pueden llegar a actuar como facilitadores (un leve ruido continuo, música, ducharse, caminar...) Cómo se integra lo que vamos conociendo de las diferentes funciones mentales en lo que llamamos creatividad.

    El paseo del filósofo, en la ciudad japonesa de Kyoto. Existe otro philosophenweg en la ciudad alemana de Heidelberg. Desde que existe la búsqueda de ideas muchos han sido los pensadores que han buscado la inspiración a lo largo de incesantes paseos. Los peripatéticos de Aristóteles, Immanuel Kant o David Hume, entre otros, nos recuerdan el efecto renovador que tiene una actividad aparentemente monótona sobre nuestras ideas.

        Cuando ya nos quedaba poco tiempo hemos reflexionado sobre las influencias sociales sobre lo que denominamos creatividad. ¿Puede permitirse la creatividad quien bastante tiene con sobrevivir en el día a día? La palabra creatividad (con sus connotaciones actualmente positivas) ¿hace siempre justicia a lo que contiene o podemos ser creativos de forma dolorosa y autodestructiva?

    Otras preguntas quedaron en el tintero:

    ¿Somos creativos tan solo los humanos o pueden serlo también los demás animales?
    ¿Qué relación hay entre creatividad y la vivencia de la temporalidad?
    ¿Es posible que el valor creatividad se ensalce como parte de la actual fase de capitalismo de ficción, en que más que productos debemos producir y consumir ideas y servicios inmateriales?

    Esperamos vuestras reflexiones y comentarios.

    martes, 21 de junio de 2016

    Subcortical connectome and neurodegenerative diseases

       El pasado mes de Junio el Grupo de Investigación en Neurociencia Clínica de Madrid invitó al profesor Jeffrey Looi para que nos hablase de uno de sus actuales focos de interés: la identificación de marcadores de neuroimagen que permitan detectar procesos neurodegenerativos.

       Por el interés de su charla compartimos aquí un breve resumen de lo expuesto, en inglés tal y como tuvo lugar la presentación.


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        Jeffrey C. L. Looi, professor and psychiatrist at the Department of Psychiatry and Addiction Medicine, Australian National University, visited the group of Madrid of the Clinical Neuroscience Section of AEN (SNCC) last June to “immerse” us into the concept of the subcortical connectome (see Looi et al., 2014).

    Professor Jeffrey C.L Looi

          jeffrey.looi@anu.edu.au
       Professor Jeffrey C.L Looi leads an international and innovative clinical research network for neuroimaging research, the Australasian, US, Scandinavian Spanish Imaging Exchange (AUSSIE) network, focused upon indentifying neuroimaging biomarkers for neuropsychiatric and neurodegenerative disease. AUSSIE is an active network similar to a connectome that to date has produced significant research, advancing the understanding of neuropsychiatric disease. It is focused around indentifying gaps in the literature, specifically with relation to subcortical brain structures, in order to understand the structure-function-symptom relationships, for the development of future biomarkers of disease, that might be used as surrogate outcomes in intervention and treatment trials.


       From his previous experience in neuroimaging, profesor Looi drove us through the underpinnings of endophenotypes and the study of deep and highly interconnected hubs of the brain such as the striatum, corpus callosum and others. 


       His team parts from the idea that neurodegenerative diseases of ageing, such as Alzheimer disease (AD), neurocognitive disorders/dementias, movement disorders and cerebrovascular disease, have widespread impact on the neuropsychiatric domains of cognition, emotion, behaviour and movement. There is much interest in understanding the neurobiology of these diseases and, accordingly, the neural circuit basis of the neuropsychiatric dysfunction that characterises them. Unveiling these functioning of brain circuits involved, would allow modify therapeutic interventions based on the understanding of the in vivo neurobiology of these diseases.


    Ilustr. vía http://blogs.discovermagazine.com/
       A conceptualization of an intermediate phenotype, or ‘endophenotype’, is useful to help understand the pathophysiological basis of manifestations of neurodegenerative disease. Moreover a common neural circuit basis and spatio-temporal course of disruption might be shared accross diferent neuropsychiatric disorders. This is characteristic of the frontostriatal circuits in frontotemporal lobar degeneration (FTLD) (Looi et al., 2012), and more broadly the cortico-striatal-thalamic circuits, including the striatum, a crucial hub in such circuits (Looi and Walterfang, 2012).


       Looi´s team try to quantify with neuroimaging techniques, neuroanatomical change in psychiatric and degenerative disease, towards establishing endophenotypes. Measuring neuroanatomical changes may be quantitatively mapped, specifically with respect to subcortical structures. The topography of such maps corresponds to the contours of the circuits affected by disease, and accordingly relates to them. Thus, he proposes a vision to investigate the subcortical connectome. Maybe in a near future this knowledge might be extrapolated to other neuropsychoatric disorders.

    For more information please read the documents attached,


    Rosa Molina

    martes, 24 de mayo de 2016

    ¿Cómo estudiamos el cerebro a través de la Neuroimagen?



    D. Norberto Malpica, Doctor en Ingeniería de Telecomunicación, experto en tecnologías de imagen médica. Universidad Rey Juan Carlos.

    El estudio y comprensión de la función del cerebro ha sido siempre un reto apasionante. Hasta comienzos del siglo XX las aproximaciones macroscópicas y microscópicas, destacaron con las contribuciones de Santiago Ramón y Cajal o Camilo Golgi, así como el método lesional, que permitía el estudio de disfunciones o alteraciones cerebrales y sus manifestaciones clínicas acompañantes (ej. caso paradigmático de HM de cirugía de la epilepsia o el caso de Phineas Gage). En las últimas décadas la posibilidad de estudiar la estructura y función cerebral in vivo, es una realidad.

    Las técnicas de adquisición de señal e imagen del cerebro han experimentado un importante desarrollo, convirtiéndose en herramientas imprescindibles para el diagnóstico y la investigación en neurociencias. En esta reunión Norberto Malpica nos condujo por las amplias posibilidades de la tecnología de Resonancia Magnética, que permite obtener información estructural, funcional y de perfusión cerebral con un mismo escáner, desde la potenciación en T1 (relajación longitudinal) y T2 (relajación transversal), a técnicas de tractografía con Tensor de Difusión o Difussion Tensor Imaging (DTI) y técnicas de resonancia magnética funcional (RMNf), que permiten el análisis de la conectividad funcional cerebral. Nos habló asímismo del Electroencefalograma (EEG), que permite obtener información muy rápida y de forma sencilla de las señales eléctricas del cerebro.

    En este elenco interminable de técnicas y posibilidades nos hizo fantasear con la combinación de lo estructural con lo funcional (ej. RMNf y tractografía), o con las novedosas técnicas Arterial Spin Labelling (que no requiere contraste pues utiliza contraste endógeno) y “resting state” en RMNf (en estado de reposo y sin imponer ninguna tarea específica al sujeto).

    Este campo abre un abanico de posibilidades especialmente para los trastornos mentales que tradicionalmente se han considerado como carentes de base cerebral estructural. A pesar de las limitaciones, este método ha dado lugar a la mayor parte del conocimiento sobre los procesos cognitivos y su relación con el funcionamiento cerebral. El análisis de los efectos del daño cerebral en la cognición ayuda a comprender estas relaciones anatómicas y funcionales, observando las múltiples formas en las que puede desintegrarse la cognición. De esta manera se ha podido empezar a entender cómo se dividen las funciones mentales en operaciones cognitivas específicas y su correlación con redes cerebrales, aunque todavía estamos lejos de poder comprender lo complejo de "la conciencia" del ser humano.

    La actual disposición de múltiples tecnologías de neuroimagen se sigue mostrando muy prometedora en el campo de las neurociencias y sigue avanzando a pasos agigantados.

    miércoles, 2 de marzo de 2016

    Razón de ser

    Este blog quiere ser reflejo y estímulo de las actividades y reflexiones que van teniendo lugar entre los miembros del nuevo Grupo de Investigación en Neurociencia Clínica de Madrid.

    Nuestro grupo se constituye a principios de 2016 inspirado en el ejemplo de los impulsores de la Sección de Neurociencia Clínica de la AEN y muy particularmente en el esfuerzo del doctor Martín Vargas Aragón, quien durante los últimos años ha hecho de Segovia un lugar de pregrinación para todos aquellos que vemos en la neurociencia un marco para la integración de disciplinas.

    La neurociencia clínica busca ser ese nexo entre la investigación básica en neurociencias, los desarrollos académicos en psicología y neurobiología, así como sus posibles afluencias y aplicaciones desde y para la clínica (psicología clínica, psiquiatría, neurología, neurofisiología...)

    Desdibujaremos en lo posible las fronteras entre disciplinas, aprendiendo nuestros particulares idiomas, esbozando traducciones útiles, para llegar a disponer algún dia de un lenguaje común. Para ello nos empaparemos de campos afines, como la filosofía, antropología, etología, linguística, física...

    En las sucesivas entradas encontraréis las reflexiones fruto de nuestros encuentros periódicos, así como recomendaciones bibliográficas, eventos señalados en la agenda y demás

    Esperamos que esta experiencia os resulte tan enriquecedora como para nosotr@s ya lo es.