martes, 24 de mayo de 2016

¿Cómo estudiamos el cerebro a través de la Neuroimagen?



D. Norberto Malpica, Doctor en Ingeniería de Telecomunicación, experto en tecnologías de imagen médica. Universidad Rey Juan Carlos.

El estudio y comprensión de la función del cerebro ha sido siempre un reto apasionante. Hasta comienzos del siglo XX las aproximaciones macroscópicas y microscópicas, destacaron con las contribuciones de Santiago Ramón y Cajal o Camilo Golgi, así como el método lesional, que permitía el estudio de disfunciones o alteraciones cerebrales y sus manifestaciones clínicas acompañantes (ej. caso paradigmático de HM de cirugía de la epilepsia o el caso de Phineas Gage). En las últimas décadas la posibilidad de estudiar la estructura y función cerebral in vivo, es una realidad.

Las técnicas de adquisición de señal e imagen del cerebro han experimentado un importante desarrollo, convirtiéndose en herramientas imprescindibles para el diagnóstico y la investigación en neurociencias. En esta reunión Norberto Malpica nos condujo por las amplias posibilidades de la tecnología de Resonancia Magnética, que permite obtener información estructural, funcional y de perfusión cerebral con un mismo escáner, desde la potenciación en T1 (relajación longitudinal) y T2 (relajación transversal), a técnicas de tractografía con Tensor de Difusión o Difussion Tensor Imaging (DTI) y técnicas de resonancia magnética funcional (RMNf), que permiten el análisis de la conectividad funcional cerebral. Nos habló asímismo del Electroencefalograma (EEG), que permite obtener información muy rápida y de forma sencilla de las señales eléctricas del cerebro.

En este elenco interminable de técnicas y posibilidades nos hizo fantasear con la combinación de lo estructural con lo funcional (ej. RMNf y tractografía), o con las novedosas técnicas Arterial Spin Labelling (que no requiere contraste pues utiliza contraste endógeno) y “resting state” en RMNf (en estado de reposo y sin imponer ninguna tarea específica al sujeto).

Este campo abre un abanico de posibilidades especialmente para los trastornos mentales que tradicionalmente se han considerado como carentes de base cerebral estructural. A pesar de las limitaciones, este método ha dado lugar a la mayor parte del conocimiento sobre los procesos cognitivos y su relación con el funcionamiento cerebral. El análisis de los efectos del daño cerebral en la cognición ayuda a comprender estas relaciones anatómicas y funcionales, observando las múltiples formas en las que puede desintegrarse la cognición. De esta manera se ha podido empezar a entender cómo se dividen las funciones mentales en operaciones cognitivas específicas y su correlación con redes cerebrales, aunque todavía estamos lejos de poder comprender lo complejo de "la conciencia" del ser humano.

La actual disposición de múltiples tecnologías de neuroimagen se sigue mostrando muy prometedora en el campo de las neurociencias y sigue avanzando a pasos agigantados.